jueves, 30 de diciembre de 2010

Carta número diecisiete (te amo)

Deseo con todo mi corazón que Dios te bendiga; que ilumine tu vida.

Te amo, te amé tanto como quise.  Aprendí muchas cosas; en esta experiencia transversal pasaron muchas cosas que me motivaron a ser mejor persona; crecí como ser integral gracias a vos, aunque nunca lo supiste.

Entiendo mejor de lo que te lo imaginás tu posición, pero sobre todo entiendo la mía.  Comprendo cabalmente lo que tu corazón abriga; sé que es más difícil estar en tu lugar, ser vos.  Y sé que te exigí quizás un poco más de lo que yo mismo sabía que sabrías dar.

Te amo con toda mi alma.  Sé que a veces fui como un idiota, otras veces fui terriblemente cursilesco y romántico, pero todo lo hice con el sano propósito de llegar a tu corazón, que se alejó inevitablemente cada vez más.  
Gracias por la experiencia de amarte y de intentar provocar que también me amaras.  Fue un lujo, un honor y un privilegio cada cosa que hice, que pensé, que escribí y que dije.  A veces sé que parecía que no hablaba en serio, pero de cierto te digo que nunca hablé tan en serio como cuando te dije "te amo".

Te amé cuando te vi llegar en La Estancia, en McDonald's, cada vez que sentí que te acercabas mientras yo "calentaba" la computadora con la cañonera; te amé cuando sonreías a solicitud mía.  Y no es que deje de amarte, sólo quiero ser justo con vos, dejarte en paz, dejar de fastidiar, ya no ser inoportuno y liberarte.  Aunque esperé cada día, aprecio tu capacidad de distanciar y enfriar las cosas.  Fue preferible tu "no" rotundo, aunque hubiera necesitado escucharlo más veces.

El amor es algo, no sé qué, que está adentro de nosotros indefectiblemente. Aunque intentemos huir, ignorar o no aceptar, allí está. Siempre. Acechando.

Dejaré de preguntar "cuándo me vas a dar el si?", jejejejeje, aunque me divertí escuchándote decir "jamás".  No soy masoquista.


Quizás me ilusioné más de la cuenta, y admito que no fue del todo tu culpa.  En serio sigo pensando que tenés una luz especial, sigo creyendo que sos increíblemente bonita y adorablemente imperfecta.



Te amo con todo mi corazón.  Quise saber cada día que vos también me amabas.  Quise recibir una llamada, un mensaje, un e-mail o escucharte decirme alguna vez que querías ser mi amiga, que al menos, aceptabas mi amistad.  Pero no reclamo.

Sólo he aceptado que vos no me amás.  Sé feliz, eso sí, exageradamente feliz.  No importa si es feo, aunque sino es creyente, NI SE TE OCURRA.  Debe creer en vos, en él, en Dios.  Debe saber que no sabés hacer galletas, pero sí pancakes; debe saber que practicaste gimnasia, atletismo y que tu hermana se desmayó en el cerrito.  Debe ser aceptado por tu mamá, por tu papá, por tus hermanos y por tu abuelita.  Y sobre todo, la perra color vaca debe moverle la cola como casi a todos.

No importa quién sea.  Miento.  En realidad sí importa.

Deseo que seas feliz, si es conmigo sería perfecto.


Gracias por todo.  Feliz 2011.  Perdón por aburrirte y casi acosarte todo el 2010.  Ya no sabrás de mí, trataré de enfocarme y de cuidar más mi corazón.

Perdón por amarte, porque vos no me amabas.  Perdón por no ser el sueño de toda mujer.  Perdón por no ser lo que vos querías, sin dejar de ser lo que yo quiero ser.


Te amo.  Gracias por la llamada de mi cumpleaños, cuando dijiste "ya tengo la moña puesta"; gracias por aquel mensaje que decía "te amo", y luego aclarar que me amabas a tu manera.

Gracias por ser tan honrada y no involucrarte conmigo, porque sabías que no ibas a ser lo que yo necesitaba en este momento de tu vida; gracias por ser brutalmente honesta; gracias por no aceptar algunas cosas que te pedí que sólo hubieran ocasionado que me enamorada perdidamente de vos.  Gracias por las mentiras que me dijiste, me ayudaron a identificar mejor la falsedad; gracias por las verdades, te amé cada vez más que las dijiste.  Gracias por tu indiferencia, la que asesinó lentamente mis ilusiones.  Gracias por las palabras que no dijiste, por los abrazo que no me diste y por la sed que implantaste.  Gracias por sonreírme aquel día que íbamos en el camión de la mudanza; gracias por soportar mis locuras, por creer la mitad de las cosas que decía y por considerar que soy asfixiante y desesperante.  Gracias por haber llegado a McDonald's aunque ya no confirmamos, fue mágico.

Si te sirvo de algo, tenés mis dos números de celular, mis tres correos electrónicos, conocés mi casa, a mi familia y tu hermana es mi mejor amiga.

Te amo.  Honrá mi amor, sé exageradamente feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario