miércoles, 20 de octubre de 2010

Querido diario

Querido diario, estoy viviendo días buenos, aunque a veces me recuerdo que la mujer que amo, no me corresponde.  De todas formas, sigo siendo feliz, feliz porque respiro, feliz porque pienso, feliz porque escribo, feliz porque existo.  Pero luego recuerdo que respiro, pienso, escribo y existo, y ella no está conmigo.

He hecho un balance y no me puedo quejar.  En mi país sólo el 8% del población total tiene acceso a estudios superiores y yo los tengo.  En mi país más del 60% de guatemaltecos viven en condiciones precarias de pobreza y yo puedo comer, transportarme, vestirme y dormir todos los días, a como dé lugar.  Tengo una computadora y un teclado para escribir, tengo dos celulares, aire en los pulmones y me considero medianamente inteligente.  Claro, de pronto me viene el pensamiento de que ella no está a mi lado.  No la tengo para contarle mis nuevas experiencias académicas en la universidad, no la tengo para luchar y trabajar por una mejor vida; y aunque tengo dos celulares, no la llamo porque no responde, no le envío mensajes porque quizás no los ve, jamás me entero, ella nunca dice nada.

Pienso que analizar el cine y el teatro últimamente, me han hecho comprender un poco sobre la vida real, algo más.  Pero mi vida real es que ella no me ama.  

Por supuesto que no quiero sonar deprimente ni mucho menos.  Mi vida no es depresiva.  Amar (particularmente a ella) es una de las cosas más emocionantes que me han sucedido.

Yo la amo, a pesar de ella misma.  Ella es exquisita en todo el sentido de la palabra, lamentablemente sus errores egocéntricos me hieren.  Me lastima su indiferencia, me lastima su frialdad, me duele el vaivén de sus emociones, me carcome el alma saber que quizás me ama, pero quizás no.  O tal vez me miente.  O tal vez no me sabe mentir.

Ella es el cielo y es el infierno.  Es dos cosas a la vez.  Es lo que no quiero y es lo que más amo.

Es mi antítesis preferida.


Te amo, a pesar de ti.  Perdón si amarte ya no te bendice.  Una vez me dijiste que yo no me imaginaba lo importante que era para ti, espero que eso no se haya desvanecido aún.  Espero seguir siendo importante y bendecirte.

Mis palabras no saben mentirte, soy inescrupulosamente honesto.  Descaradamente te digo la verdad siempre.  Bien sabes que no te sé mentir.

Pero te amo! qué puedo hacer?! te amo demasiado! qué quieres que haga si te amo?! lo siento! pero te amo!!!!

Querido diario.  Estoy feliz, muy feliz.  A pesar de ella.

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