lunes, 11 de agosto de 2008

FIN

En cada historia hay un final.

Aunque está claro que hay cosas que nunca terminan, las historias sí deben hacerlo. Lo que al principio parecía que no acabaría, finalmente, TERMINÓ.

Empezamos a buscar el por qué. No puedes olvidarle, te preguntas si a ella (o a él) le pasa lo mismo. Toda tu vida cambia, te desesperas un poco, te parece que perderás la razón. Quieres volver, quieres solamente sentirte otra vez cerca.

La espera es cruel. El amor, ahora es dolor.

No nos engañemos: el corazón sigue esperando que todo se solucione. Tienes el impulso y sensación de besar sus labios.

Sientes angustia. Argumentas que no quieres dañarle y que estás dispuesto a alejarte. No entiendes bien por qué amar le provoca mal a alguien.

Empiezas a dialogar solo y a hacer acuerdos. Piensas en los proyectos que supusieron juntos y que ahora no tienen sentido. No sabes si llorar, huir, ser fuerte o cómo reaccionar.

Otra vez: miras a la mujer (o al hombre) que tanto amas, te gusta recordarle estando junto a tí. Miras su sonrisa en tu mente, te gusta. Escuchas mentalmente las conversaciones que tuvieron, sonríes levemente y con peso de plomo regresas a la realidad: ES EL FIN.

AMOR. AMOR. AMOR. AMOR. AMOR. AMOR.

DULCE AMOR. DE MI MENTE NUNCA TE APARTARÉ.



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