Hay momentos donde es verdaderamente complicado respirar. Todo parece nublado, nos culpamos por lo ocurrido y no ha ocurrido algo.
Una baja de autoestima de pronto, algo que nos incomoda el corazón. Las lágrimas parece ser buenas aliadas, en realidad lo difícil es entender qué está pasando.
Sientes que los sueños son de papel, de papel frágil, fácil de romperse y deshacerse. La vida es complicada y nadie dijo que sería fácil.
Sientes que tus amigos te han abandonado. Los que quedan, tratan y no pueden ayudar. El futuro pierde interés, parece que todo cierra sus puertas. Confusión, dices cosas tontas, te alejas de la gente, no sabes qué pensar.
Sientes soledad, un frío que recorre tu espalda. No sabes si llorar, mejor reír o simplemente callar. Quieres llamar a alguien, decirle cualquier cosa y sabes que no entenderá lo que sientes.
Es cuando optas por pensar que quizás te enamoraste, pero te contradices. En vez de acercarte, te alejas. Esos días difíciles. Ahhh...
Todo es perfecto cuando te siento. Cuando siento que estás conmigo, que te tengo. A varios cientos de kilómetros.
El corazón piensa y llora.
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