martes, 3 de junio de 2008

De cuando huímos del amor

La vida es tan simple. ¿O no?

Los océanos se hacen cortos.

A veces las personas buscamos no enamorarnos. No amor. Cerramos nuestro corazón al amor, como si fuera algo malo. Y todo eso porque "no quieren sufrir otra vez". TODOS, TODOS, TODOS, tienen una historia de amor o desamor qué contar. De alguien que amaron en silencio, de alguien que amaron y se fue, de alguien que los amó y murió.

Siempre una historia, siempre un detalle.

No es sano huirle al amor. Pero parece que acercarse a él tampoco será tan sano.

"No se acaba el amor sólo con decir adiós, hay que tener presente que el estar ausente no anula el recuerdo ni compra el olvido y nos borra del mapa. El que tú no estés, no te aparta de mí. Entre menos te tengo más te recuerdo aunque quiera olvidarte estás en mi mente".

El amor no es cruel.

Aunque tú no estés, estás.

Cuando estamos cerca, huímos. Dicen que las mujeres siempre huyen del amor de su vida. Y los hombres hacemos lo mismo, pero de otra manera.

Habiendo tantas cosas por hacer menos traumáticas.

Sufrir un poco, sentir un tiempo. Al cabo de esos juegos, te cansas y quieres sentar cabeza. En realidad amar no le hace mal a nadie.

El placer está en dar, el placer está en amar. El placer está en tener contigo lo que más amas, sin poseerlo.

Para tener en qué pensar todas las noches.

Te amo. Mi corazón está apasionado por el tuyo. Mi amor quiere bendecirte.

Es lo que siento y a quién le importa.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario