martes, 30 de noviembre de 2010

La mujer que nunca fue amada

Nadie, nunca, en su miserable vida, la amó.

Claro que la vida suya era miserable porque nunca fue amada.  Pero no por un deseo romántico de sentir que alguien daba la vida por ella, sino porque quería ser amada simplemente y ya.

No lo consiguió.  No era fea, no era loca, tonta o algo por el estilo.  Tuvo varios novios, uno de ellos consiguió embarazarla, pero nunca fue amada.  Fue querida, manipulada, deseada, besada (buenos besos) y cortejada para llevarla a la cama.  El amor quedó ausente, la cordura también.

Ella pensaba que ser amado debía ser la experiencia mejor de la vida.  "A quién no le gusta que le amen de verdad" pensaba para sí recostada en su cama mientras escribía en un diario.

Personalmente, yo que la conocí, pienso que no basta amar.  Yo he amado y la otra persona no necesariamente se siente halagada y con suficiente deseo, ánimo, motivación, curiosidad o al menos cortesía para corresponder.  Por supuesto que no es mala por eso, digo nomás que amar no es suficiente.

Pero continuando.  La mujer que nunca fue amada, consideró seriamente cortarse las venas, ahorcarse dramáticamente en su habitación (eso le daría intensidad y romanticismo a su muerte; si no tuvo una vida romántica, al menos quería tener una muerte con características de romance).

Por supuesto que no tuvo el valor de matarse, no era lo suficientemente corajuda como para hacerlo.

Un buen día, de aquellos que parecen perfectos, comprendió que una vez tuvo la oportunidad de decidir amar.  Y fue, justamente cuando un chico, había decidido, al menos sopesado seriamente la idea de amarla.  Ella lo despreció; lo despreció no por feo, malo o delincuente.  Ni tampoco por poco romántico, patán o raro.  Lo despreció porque "no sentía".  Ella esperaba un golpe cósmico, "sentir", porque "el amor no es algo forzado, es una cosa que sólo aparece".

A todas luces estaba equivocada.  El amor es, esencialmente una conquista.  El amor es una decisión, indudablemente una de las tres decisiones más importantes de tu vida (las otras dos son: a qué te dedicarás y dónde pasarás la eternidad).

Meditó que se le escapó, sin darse cuenta, la oportunidad de ser amada y sobre todo: de amar.  Y como la vida es seria, justa y razonable - con sus excepciones -  comprendió que por no haber amado cuando tuvo que hacerlo, todo por la culpa de esperar a sentir algo que se decide, nunca sería amada.

Y así, la mujer nunca amada, nunca fue amada, pero más triste aún: nunca amó.

No supo que era recibir una llamada real, desde el fondo del corazón de un chico.  Pero tampoco experimentó estar sentada frente al teléfono esperando que el hombre que amaba con toda intensidad decidiera enviarle un mensaje de texto y alegrarle el día.

Qué pena por ella.  Nunca la amaron.  Qué lastima daba, nunca amó.

No murió, como las otras trágicas historias.  Continuó dizque viviendo.  Qué tonta, a la verdad.  Pudo haber sido mejor persona a través de la experiencia del amor y perdió la oportunidad de su vida.

Infeliz.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Mis promesas

Prometo darte el mejor de los besos que podré dar.  Cada día.

Prometo hacerte reír por cosas que usualmente no tienen gracia, pero que venidas de mí, no sé por qué, son chistosas.  Cada día.

Prometo, a ti, te prometo, enamorarte y no olvidar jamás que amé conquistarte con desesperación.  Cada día.

Prometo seguir amándote al amanecer; cuando no traigas el maquillaje, los peinados alevosos y esos detalles que sólo acentúan tu belleza natural.

Prometo que cuando me enojes y sienta que la furia llegó a su límite, me calmaré, recordaré cuánto te amo y te reclamaré con más paciencia, paz y cordura.

Y de hecho, prometo continuar escribiéndote.

Prometo llamarte y cuando preguntes "para qué llamaste?", diré "sólo para recordarte que te amo".

Prometo hacerte volver a la realidad diciéndote que JAMÁS te regalaré la luna o te bajaré las estrellas.  Porque sería una estupidez y lo estúpido no siempre es romántico.  Lo que sí puedo hacer, es prometerte que cada vez que vea la luna, pensaré en ti.

Prometo que estas no son promesas simples.  Son convicciones, es mi modo de vivir.

Prometo no preguntar por amores viejos; y cuando sienta celos, prometo que serás la primera en saberlo.

Prometo que cuando no tenga ganas de verte y esté en mis días difíciles, te lo diré para que estés advertida y la cosa sea más fácil.

Prometo que la vida a tu lado, aunque no será más fácil ni barata, será toda una experiencia que a ambos nos alimentará.

Prometo sonreírte sin razón alguna, sólo para que sepas que te amo y que me hace feliz hacerlo.

Prometo pedirte que me dediques una sonrisa, de esas exquisitas de las que me enamoré.

Prometo enamorarme de ti, al menos, una vez al mes.  Así, como la luna.

Prometo que mi intención más profunda es ayudarte a llegar al cielo lo más pura posible, bendecirte y conseguir vivir el sueño del que me hizo.

No prometo serte fiel.  Porque no es necesario.

Tampoco prometo amarte.  Porque una promesa es algo que uno hace para convencer a la otra persona de la probabilidad de lo contrario.  Y en mi caso, no hay ni una sola probabilidad de no amarte.  Simplemente no puedo, no sé cómo es.  Intenté muchas veces dejar de amarte; probé, experimenté y me arriesgué a intentar no sentir amor por tu alma, pero fracasé.

Te amo.  23 veces.

Mi soledad

Con el dedo índice le hice la seña de "vení acá".  Claro que lo hice suave y delicadamente.  Como quien quiere la cosa, a como dé lugar.

Ella me vio con una sonrisa que en vez de alegrarme, me confundió más.  Caminó, noté que su cabello estaba más rubio que de costumbre.  O quizás, sólo más sedoso, brilloso.  De pronto se me cruzó por la cabeza preguntarle la marca de su shampú, pero pensé que sería una locura o que sonaría a demasiado detallista para ser hombre y perfecto para ser gay (no soy homofóbico).

Y esa sonrisa quizás me confundió porque tenía una forma como de alguien que sabe que te hará daño y que cree que tú no lo sabes.  En realidad, según me dijo en una carta después, la sonrisa quería decir: me muero por besarte, sólo por probar tus labios.

Ella deseaba besarme, así, sin compromisos ni "te amos" que complicaran la cosa.  No me preguntaría qué sentía por ella, no se enojaría si no me aprendía su nombre completo, su fecha de nacimiento, el nombre de sus padres, si no trataba bien a su hermano menor y si no sacaba de paseo a su mascota.  Era un perro bulldog, por cierto.  Blanco a más no poder, tal cual fuese albino.  Pero no lo era, al menos, eso decían.

Yo quería decirle "Soledad, no te marches" (Soledad era su nombre.  Al principio, cuando nos presentaron en aquel Café Gitane pensé que para mi desgracia o diversión, después de tanta soledad, conocía a alguien que me ofrecía compañía pero que tenía por nombre Soledad, y que eso era una cosa del destino.  Después, supuse que era simple coincidencia). Dicho sea de paso, no sé por qué quería decirle que no se marchara, ella no se estaba yendo, a penas llegaba.  Soy un poco raro, torpe en esos momentos.  Además, su escote era increíblemente provocativo.  El vestido era rojo; estaba sexy, toda ella.

No me besó.  No la besé.  Sólo nos acercamos de tal forma que sentimos nuestros alientos.  El de ella, a una mezcla rara entre fresa mentolada y alcohol.  El mío, supongo que a simples Trident.

Admito que la deseé.


Tres días después, recibí una carta suya (no sé por qué no me envió un e-mail, pero me agradó la idea).

Cinco días después, me llamó (seguí sin saber por qué no usó el e-mail, a mí me parece romántico, claro y directo).

Ocho días y medio posteriores al día en que recibí su carta, la tenía frente a mi puerta con una maleta en mano.  Decidió vivir conmigo.

Ahora, mi Soledad y yo estamos juntos todos los días, todas las noches.

Acerca del periodismo

Cuando amas, nunca es suficiente ni desesperante pasar todo el tiempo que es posible al lado de la persona amada.

Cuando amas, en verdad no te importa dormir, comer o siquiera estar cómodo.  Sólo amas.  Es tu único deseo.

Cuando no amas, no harás algo, a menos que recibas algún beneficio expreso.

Cuando no amas, cuando no quieres, cuando no respetas o eres al menos cortés, no te tomas la molestia de HABLAR.  Te esconderás bajo mil excusas tontas.  Yo lo he hecho.

En mi país, el 30 de noviembre es el Día Del Periodista.  Este oficio bendito.  No es "dar las noticias" como quizás algunos piensan.  Los bomberos relatan noticias cuando entregan su informe, también lo hace el policía, el médico.  Sale el médico de su clínica y dice "les tengo buenas noticias".  Así que periodista no es así tan ásperamente "dar noticias".  Ser periodista es captar la realidad, procesarla y transmitir datos e información útil, veraz y próxima a las personas.

Por supuesto que el periodismo se ha desvirtuado.  No es nota rosa, no es "nota curiosa", es informar al pueblo, es entretener en algún momento.  Pero sobre todo es TRANSMITIR la realidad de un pueblo, formar criterio.  Opinólogos hay muchos.  Particularmente en Guatemala hay médicos, sacerdotes, abogados, odontólogos que dan opiniones como si supieran con certeza de qué cosa hablan.

El periodismo es amor al arte.  Es de verdad amar lo que uno hace.  Hacer lo que uno ama.  Porque si se trata de dinero, ya tenemos las grandes cadenas hiptonizadores como CNN, BBC, EFE, ACAN, etcétera.  Montones de agencias de noticias que filtran y trasladan información a conveniencia.

Periodismo es hacer el amor con las letras, enamorarse de ellas y con ellas.  Es pedirle a gritos a la soledad que no se marche, comulgar con lo peor y lo mejor de ti.  Periodismo es amar a una mujer, conquistarla, enamorarla como si le dieras noticias.  Decirle: "buenos días, te amo", como si fuera la portada del periódico o el titular más importante.

Ser periodista, a mi estilo, es informarle a esa tipa que la amas, todos los días.  Y ser periodista es estar consciente de la realidad.  Es comprender a perfección que la realidad es quizás que esa mujer, no te ama.  Y no te ama no por ingrata, no te ama por incapacidad congénita.  Simplemente no siente nada por ti.  Y ante eso no podemos hacer nada.

Acerca del periodismo.  Sólo quería aprovechar el espacio para felicitar a todos los colegas periodistas.  Feliz día, en su día.


sábado, 27 de noviembre de 2010

De mis antojos y mis ganas

Tengo antojo de alegrías; un poco de sed de sonrisas y también me gustaría probar el dulcísimo sabor de la victoria.

Ah! quizás un chocolate de esas cosas que a uno le gustan tanto.  Y de repente un helado (mantecado, nieve) de felicidad.

Quisiera estar en Huehuetenango.  Es un departamento (estado) de Guatemala.  Allá por unas casitas que parecen como donde vivía Heidy (sí, la de la caricatura).  Esas montañas que son conocidas como los "alpes guatemaltecos".

Pero no.  Tal vez no.

Tengo ganas de comer un pedacito de Mazapán en Amatitlán.  O quizás de ver el Lago de Atitlán, en Panajachel, tomando un chocolate.  Bueno, no descarto la posibilidad de cenar con un pache en Xela, viendo la Luna de Xelajú.  O por qué no? caminar por las reducidas calles de Flores, en Petén, viendo el Lago Petén Itzá.

Aunque, claro está, ayer fue el día del garífuna y pues en Livingston ha de estar alegre en este momento.  Quizás bailar punta o comer un rice and bean.

El calor del Puerto San José, de Monterrico o de Las Lisas...ay por Dios!

Me gustaría a penas un poco de eso.  Quizás regresar a mi infancia y convertir mi presente otra vez en lo que hoy soy.

Tengo antojo de vivir; ganas de sonreír.  Tengo eso.

Sin título

Enmudeció a gritos.  Gritó en silencio.  Él en realidad mató por vida.  Y vivió por morir.

Al fin y al cabo, el corazón, la vida, morir, entender y esas cosas, dejaron de tener sentido.  La vida es y deja de ser.

Él le escribió 23 razones por las que la amaba.  Y lo hizo así porque un día se le ocurrió que ese era el promedio de los mensajes, e-mails o llamadas que tenía que hacer para que ella le respondiera.

Pensó, iluso a su estilo, que después de 23 "te amo" ella, al igual que los mensajes, los e-mails y las llamadas, respondería. O mejor dicho: correspondería.

Nunca entendió con precisión por qué pensaba aquella inútil cosa.

Esa mujer mató lo más noble y romántico de él.  Lo asesinó de amor y coraje.  Aniquiló su esperanza, y por cierto, acabó con su creencia en los milagros.  El tipo, idiota, dejó de creer en milagros gracias a ella.

Ella debía ser su milagro, su bendición, su "historia de vida", aquella cosa que uno le cuenta a los nietos y no fue nada de eso.  Al contrario, fue alguien que lo torturó con su silencio.


Por supuesto que esta no es mi historia, por si lo estabas pensando.

Mi historia es diferente.  Mi historia es la historia de una mujer que yo amo y que es completamente mía.  Mi historia es la historia de una mujer que yo amo y que no me deja alternativa.  No tengo más opciones.  La amo a chorros, a cuentagotas también. La amo el lunes y el domingo por igual.  La amo y no es algo que pasó ayer o de la noche a la mañana.  YO soy muy duro para amar a alguien.  Casi no amo a la gente, me cuesta mucho.  Y a ella he aprendido, transversalmente, a través de experiencias largas, dolorosas, alegres, a amarla.  Quizás ella no lo sabe.  Y aunque lo sepa, sé que amarla no la condiciona a amarme.  A ella le pasará algo así.  Amará (mentira, es incapaz) a alguien y alguien no.  Le dirá que sí, ella le creerá pero será mentira.  Es broma.

Historia

Les contaré la historia de una mujer.  Una mujer de cabello negro, ni largo ni corto.  Nunca había sido amada.
Ella deseaba recibir un poco de afecto, ser amada.  Anhelaba con intensidad recibir tarjetas, chocolates y peluches en el Día de San Valentín.  Por alguna razón, o costumbre, deseaba que un chico la invitase al cine, a ver el estreno de Harry Potter en 3D quizás.

Ella soñaba con recibir un mensajito de texto que dijera "estaba pensando en ti, te amo".  Y a lo mejor soñaba eso porque en su entorno, eso pasaba.  Sus amigas eran cortejadas por caballeros que decían tener buenas intenciones (en realidad lo único que querían era no sentirse solos, como la mujer del cabello largo ni largo ni corto).

Quiso ser amada.  A cambio ofrecía amor, fidelidad y entusiasmo a la hora de hacer el amor (no sabía bien por qué pensaba en el entusiasmo como elemento esencial a la hora de hacer el amor con alguien).

Nadie la había amado.  Y no porque fuera fea; pasaba lo opuesto: era increíblemente bella, tanto, que daba miedo acercársele con alguna intención.  Vamos, uno de hombre suponía que, además de tener novio, era una chica inalcanzable, demasiado para un simple mortal.

Un buen día (sí, un bueeen día), un hombre decidió amarla.  La amó como quiso, como pudo, como supo, como entendía que un hombre podía amar a una mujer.
Amó su cabello negro intenso, ni largo ni corto.

Cuando fue amada, sintió que había alcanzado un éxito superlativo.


Al día siguiente de haber hecho el amor - con entusiasmo, claro - notó que el sentimiento seguía allí, a pesar de ser amada.

Visitó brujos, chamanes, pastores, sacerdotes y hasta a sus padres.  Nadie la sació.

Una noche, después de haber hecho el amor entusiasmada, entendió la cosa: ella no necesitaba que la amaran, sino amar.

Y aunque el chico era bueno, detallista, lo que las mujeres definen como "lindo", dulce, atento, caballeroso y demás, ella no sentía aquella cosa que uno debe o cree que debe sentir para DECIDIR amar a alguien.

Su insatisfacción continuó.  Él se marchó cuando ella se lo pidió.

La mujer, por cierto, siete días y doce horas después de que él se fue, terminó por asesinarse.  Se colgó en la habitación donde el amor entusiasmado se presentó tantas veces.


De la amistad

Qué es la amistad? qué significa ser amigos? qué es eso que nos bendice, nos alegra, que nos da sentido social?

Entiendo que tener amigos, es mostrarse amigo.  Y amigo no es tener que llamarse todos los días o siquiera verse siempre.  Ser amigo es tener interés genuino en la otra persona, en servirlo en bendecirlo.  Ser amigo, AMIGO, es amar a la otra persona.

Es que a veces no comprendo cómo alguien puede decir "él es mi amigo" y no le tiende la mano.  No digo que conozca de memoria sus gustos; eso lo hace la empleada doméstica y no es precisamente una amiga, o tal vez sí.

Amistad es recordarse de la otra persona, pensar en sus problemas como si fueran propios.  Es INTERESARSE.  Eso es todo.  No es abrazarse y llamarse o cosas así.  Por supuesto que hay quienes son amigos haciendo eso, pero no todos.

Amamos a Dios por noviembre.  Este dulce noviembre que terminó.

jueves, 25 de noviembre de 2010

De cuando no podés corresponder

Cuando no nos corresponden es doloroso. Pero es más triste y doloroso no poder corresponder a alguien.  Sobre todo cuando uno sabe que esa persona que dice amarte, en verdad te ama.

Si no podés corresponder a alguien que te ama, seguro tus días se tornarán difíciles.

Quisieras corresponder y simplemente no se da, no sentís "eso" que se necesita.  Y quizás es porque creemos, en el fondo, que "hay algo más", que hay algo mejor que esa persona.  Cuando nos aman y tenemos resuelto ese tema de "ser amados", creemos que eso está bien, muy bien, pero quizás hay algo mejor.

NO ser correspondido es doloroso, pero es más doloroso no corresponder a alguien que te ama.

Encuesta

Hay una encuesta activa.  Está en el lado superior derecho del blog. Les pido de favor, como colaboración, que voten.

Hice una reflexión y pensé que tengo dos opciones: borrar todas las entradas del blog; y pues empezarlo de cero.  Pero a la vez razoné que era una locura quitar TAAAANTAN en homenaje a mí, a ella y a la vida.

Así que necesito su opinión.  Además, la otra opción pues sería dejarme toda la responsabilidad a mí de elegir, la tercera opción: haz lo que te sea mejor.

Pero les digo que prefiero que no sea así.  Es decir, que sea por votación.

Aunque sea con UN VOTO, con base en ello tomaré la decisión.  Prometido.

martes, 23 de noviembre de 2010

Felizmente

Hola a todos y todas.

He superado un cuadro de depresión.  Mi psicóloga a media crisis el domingo me dijo "la depresión es algo opcional, tú decides seguir así y usualmente la gente no sale de ahí hasta que se harta de tal forma que ya no soporta y decide cambiar".

Estoy muy feliz.  Otra vez sin más motivo que el de estar vivo.
La vida es corta, cortísima.  Ayer pensaba qué se sentirá morir, qué piensas, a dónde va esta conciencia que tenemos.  No sé, es el misterio más grande y mi incógnita más presuntuosa.

Y en estos días de ausencia de mí mismo, tuve la oportunidad de volver y reflexionar.  Pensé en Dios, en ese ser superior, supremo que está indistintamente.  Que no es un sólo espíritu que anda por ahí haciendo milagros.  Definitivamente es una persona.

Y yo reconozco que soy necio o perseverante, según se vea.  Admito que puedo asfixiar con palabras, ideas y demás.
Siento como cuando uno acaba de salir de un hospital; ve todo a colores, mágico, bonito.

Es cierto, amo a una chica.  Ella es una persona con una nobleza increíble, con un corazón que no sabe guardar rencor.  Claro que tiene durezas, claro que entre su debilidad de carácter, sabe enojarse.  Por supuesto que se equivoca y no me cabe duda que tiene una montaña de aciertos.  Hasta hace un tiempo la consideré mejor que mí en todo.  Pero Dios logró hacer que la viera indefensa, lo ingenua que es (o que aparenta ser), lo simple, sencilla y lo mortal que es.  No es perfecta y eso es lo que más me alegra: me hace tener una oportunidad.

Últimamente siento como si ella, con el lenguaje indirecto femenino, me está queriendo decir: por favor, eres un buen chico, pero yo no siento nada por vos, no quiero lastimarte ni que perdás el tiempo.
Y como ella se justifica en no saber qué decir (que he entendido que en realidad es: no me interesas, pero decírtelo podría sonar cruel, además vos sos muy dramático) pues no sé con precisión si eso piensa.

Estoy feliz.  Admito, reconozco que ya esto se me salió de las manos.  A pesar que es la mujer que más he amado en esta tierra, ella no me ama.  No le basto yo y mi amor.

Y por supuesto que hoy es la que más he amado; pero no tengo dudas de que si no es ella, otra persona será que ame más.

Que conste que no ando desesperado por tener una mujer.  Sin querer sonar mal, podría tener a muchas mujeres, sólo sería de desearlo.

He tenido la oportunidad de aprovecharme del cuerpo de algunas, que me lo han pedido y no ha sido por una cuestión meramente carnal, sino porque sé que me aman y quieren expresarme de esa forma, de la forma más total y física, ese amor.

Que el tiempo pase.  Chicas: SEAN damas, pórtense de forma cortés, hagan sentir a los chicos que su esfuerzo por conquistarlas, en realidad es digno de un caballero.  No digo que les hagan ilusiones o les den esperanzas falsas.  Pero sean damas.  Todo en esta vida se paga.

Chicos: no se rindan.



Post data.  Desconozco si seguiste leyendo el blog.  Sólo quería recordarte que te amo.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Carta extra número cuatro

¿Alguna vez te has preguntado qué cosa implica las cartas extra?  Yo me lo pregunté cuando estaba empezando a escribir esto.  No sé.  Supongo que es para no acumular tantas cartas, jaja.

Te amo.  Y te aseguro que has sido transversal en mi experiencia de aprender un poco más sobre el amor.  Y en ese aprendizaje, Dios me ha llevado (indudablemente ha sido él, sólo a él se le ocurrirían cosas como esa) a vivir exactamente qué se siente sentir como vos sentís.  Y qué se siente no sentir como vos no sentís.  Y sé que es un tema difícil, complicado.  Porque por un lado no sería justo lastimar el corazón de alguien que parece ser increíblemente bueno al decir "no"; pero por otro, sería más injusto no decir ni "si" ni "no" o decir "si" cuando la realidad de tus sentimientos no es esa.  Yo nunca lo viví, hasta hace unos meses y no me cabe duda de que la mano de Dios tuvo que ver.

Pero como en el amor y en la guerra todo se vale (no sé quién instituyó eso o si es cierto acaso), quiero decirte que te amo.  Te amo cuando te hablo sin parar, te amo cuando no te digo una sola palabra y no te volteo a ver, sólo quiero sentir qué cosa se siente amarte, pero aún teniéndote cerca, no hablarte. Y no es por masoquismo o un experimento raro, a veces nada más pienso que no es lo más prudente estar a tu lado todo el tiempo, suelo ser desesperante.

Confieso que me gustas.  Confieso que el hecho de que me gustes y de que te ame, no ha sido para nada fácil.  Nunca le dije a NADIE (esto quiere decir: NADIE) "te amo".  Y pienso que hubo quienes merecieron escuchar eso, y aunque tal vez tal como yo, merezco un "te amo" tuyo (otro, diferente a los que ya me has dicho), no basta.

Tal vez yo no sea suficiente.  Pero no por una mera incapacidad mía, o por una incapacidad tuya.  Quizás, simplemente, la cosa sea así.

Hoy, 22 de noviembre del bendito 2010, quiero decirte que te amo como no sabía que podía amar.

Te amo número diecinueve: te amo con paz, en silencio y con paciencia.

Quiero que seás la mujer de mis sueños.  Ahhhhh...(suspiro chistoso).

domingo, 21 de noviembre de 2010

De este ser

Tengo varios días de estar en mi época difícil del mes. De "estar en mis días".

He descubierto que soy insoportable porque ni yo mismo me aguanto. Y no culpo a nadie. Soy desagradable, no tengo mucho para ofrecer a ninguna persona, ni siquiera soy guapo como para atraer a alguna chica dispuesta a soportarme.

No soy. No tengo. No entiendo y últimamente: no quiero.

Qué dureza. Qué crueldad. Aquel sentimiento que me apacigua, aquel amor que por primera vez en mi vida siento, no me es correspondido. Y no me es correspondido porque quizás ella no quiere, no tiene ganas de hacerlo - con nadie - no le gusto, no siente "eso" o no soy lo que siempre soñó. No lo sé y francamente parece que ni ella lo sabe.

Vivir es. Y todos moriremos. Quizás morir antes sea mejor. Para qué esperar más? Dios seguro se alegrará de verme.

Estoy deprimido hasta la pura madre. Ya no quiero más esta cosa. Nadie es culpable. Sólo que mis depresiones, trastornos psíquicos tampoco nadie tiene obligación de aguantarlos.

No encuentro salida. Tal vez haré maletas. Esto me está pasando porque ella ha estado procurando, a lo mejor sin querer, deshacerse de mí. Esto pasa porque ella me está desprendiendo de su amor. Quiere que no la ame. Pero ni siquiera quiere ser mi amiga, se niega siempre. No se muestra amiga. Y no la culpo, debe ser aburrido ser amiga de alguien como yo, tan necio y "con mis cosas".

Ni mi amiga, ni mi amor. Y no sé por qué tampoco mi enemiga. Quisiera que nos odiaramos! Al menos habría algo de pasión entre nosotros. No quiere ni mi amistad. Y superar eso, duele.

No lo dice. Ella no dice esas cosas, las hace. Y los hechos gritan lo que las palabras no pueden.

Te amo. Hasta un poco de tiempo más.

viernes, 19 de noviembre de 2010

No fueron felices para siempre.

Ella quiso empacar su corazón; hacer maletas con todos sus sentimientos.  Ella en realidad, haciendo una introspectiva, pensó que era tiempo de guardar todas sus emociones, dárselas a él.

Él, ja, él la amó.  La amó sin decirlo.  La amó porque los hombres amamos a las mujeres que nos hacen sentir únicos.  La amó porque los hombres amamos a las mujeres que nos sonríen y nos hacen sentir que esa sonrisa fue diseñada por Dios para flecharnos.

Le rodó una lágrima por la mejilla, a ella.  Pensó que por fin, después de tanta indecisión, tanta cosa difícil, rara y fea, ahora, el amor, el destino, Dios o un triunvirato de los tres, había decidido darle la oportunidad de ser feliz.

Él la abrazó.  Le dijo "te amo".  Ella lloró.  Lo besó y concluyó "yo te amo más".

Se amaron.  Y aunque no fueron felices para siempre como dicen las películas al final, casi siempre fueron felices.  Decidieron amarse.  Decidieron que a pesar de que parte de amar, era también odiar, todo sería genial.


P. D.  Qué romántico estoy hoy, por Dios.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Estúpida

Estúpida es tu nuevo nombre.  Ese te queda mejor.

Idiota es la forma en que tus pensamientos son procesados.

Tonta y ridícula es toda tu cara, cuando se acerca a mí.


Ya sé, ya sé.  Vete, ENÓJATE!!! me vale madre! haz lo que tengas que hacer.  Total, no eres nadie.  Nunca has sido ninguna cosa.  No te das cuenta de que no existes en este mundo? no razonas que sólo estás rodeada de apariencias? no notas que la gente que está a tu alrededor es sólo porque quiere conseguir algo de ti? Nunca, jamás, pensé que así fueras.

Hipócrita, es tu manera de proceder.

No eres nada ni nadie.  Francamente, hasta eres fea.  Y lo poco bonito de ti, con el tiempo irá desapareciendo.  Eres demasiado farsante para mí.

No sólo me mentiste, te mentiste a ti misma.  Te defraudaste a ti.  A mí no.  Yo sólo quería sospechar que eras lo opuesto a lo que a gritos eres.

Y que alguien me dijo que escribo sobre "muchas mujeres en este blog", jajajajajaja.  Sólo hablo de mí.  Sólo invento, excusas.

A una sola mujer he dedicado gran parte de este blog.  Una mujer que por cierto, amo con toda mi alma, aunque ella no me ame.

Lo demás, son historias difusas.  Son marcadores.  Son nada.  Son todo.

Así como este post.  No es de nadie, es de todos.


La mentira no sólo te deja mal visto, cierra tu credulidad.  

Eres como un trapo sucio: VAS A DONDE TE DIGAN QUE VAYAS.  Te sientas a conversar con cualquier tipo que te haga la invitación, siempre y cuando no represente ningún peligro para tu idiota forma de pensar y tu estúpido miedo a relacionarte con gente.  

Vas al cine con todos.  Qué fácil eres.  Francamente, eres una mujer regalada.  Le das "oportunidad" a todos, alegando que no quieres "hacerlo sentir mal, porque somos amigos".  Eres estúpida o qué? no te das cuenta que esa gente no es tu amiga? no percibes que sólo quieren aprovecharse de ti y estar un buen momento a tu lado? pobres imbéciles detrás de ti.  Tú, que no eres absolutamente nada.  Sólo eres una persona mentirosa.  Falsa, que no existe.

Estúpida.  Ese es tu nombre.



Post data.  Aclaro, aunque es más que obvio.  Este post no es está dedicado a nadie.  No conozco aún la merecedora de esas palabras, pero me adelanté por si algún día las necesito.  A la mujer de mis sueños (es primera vez que digo esto) la amo con toda la intensidad que mi alma puede amar.

martes, 16 de noviembre de 2010

TE AMO PARA SIEMPRE

Escucha bien: te amo, para siempre.  Sé que escuchas mi voz en tu mente.

En serio tú no me amarás nunca?

Digo, considerando que te amaré de por vida, deberías también sopesar la idea de finalmente enamorarte de mí.  De todas formas, te garantizo que nadie te amará tantísimo como yo.  Y no es que sea engreído o prepotente, es sólo que no es posible amar más que yo.  Es mi castigo, por haber decidido amarte.

Ya sé.  Espera.  "Uno no decide de quién enamorarse, porque eso no es una decisión".  Claro! o mejor esta "es que no siento lo mismo que tú por mí", jajajajajajaja.

Qué sabes? cómo sabes qué siento?

Tengo ganas de bailar contigo.  Esta misma noche.  Francamente no sé ni cómo se hace eso, pero hoy no sé quién soy! y como no sé quién soy, puedo reinventarme, ser cualquiera.  Y quisiera bailar, contigo.

Claro, en esa "reinvención" de mí mismo, apareces tú! jajaja.  No me libré de mi demonio.  O de mi ángel.

Qué eres? eres bendición o maldición? Dame un beso, así como de forma meramente casual.

Eres bondad o maldad.  Eres lo mejor que me pasó o lo peor de esta vida? no sé.  Eres lápiz o cuaderno? eres fea o bonita? ya ni sé.  Pero quiero bailar contigo! esta noche.

Veamos.  Las palabras se alinearán y estarán calibradas para que nos amemos.

El "te amo" te dice que a mi lado serás feliz.

El "te amo número dos" te dice que NO PODRÁS ser feliz con nadie más, porque nadie te amará más que yo.

Eres loca o cuerda? no sé! ay por Dios! no me decido.  Me gustas peinada o despeinada? tú qué crees? me gustas enferma o sana? 

Me gustas o simplemente me gusta que me gustes?

Te amo o amo amarte?

Amo la forma de amarte, pero no te amo a ti?

Na!

Te amo, para siempre.  Tú, eres el amor.

Soliloquios de mis días

Mi soledad y yo, sin ti, no nos llevamos bien.  Eso dice Alejandro Sanz.

Yo pienso que mi soledad y tú, se llevan mejor sin mí.  Cuando no estás, haces que ella - mi soledad - saque sus mejores destrezas.

No sé cómo me siento.  No sé quién soy con precisión.  Entiendo que estoy un poco ido.  Me fui, cuando tuve que venir.

Desconozco la razón por la que escribo.  No pienso, no razono, no soy ni sé.  Estoy en mis días, lo acepto.

Tengo ganas de tomar tres copas, escuchar las olas del mar.  Sentir el calor de la playa.  Amar a una mujer, sin saber quién es, pero con la conciencia de que mañana no me preguntará si la amo.  ME dará, por fin! la libertad de simplemente ser.  Cuando preguntamos "me amas?" estamos condenando la relación a esa respuesta.  Puede ser que alguien te ame, pero que luego te deje de amar.

Quisiera bailar, aunque francamente no sé ni cómo hacerlo.

Me gustaría besar a mi mujer, aquella que amo.  Tomar su mano, decirle "te amo", darle un ramo de rosas rojas.

Pero también quisiera amarla sin que me ame, sólo para saber que es cierto que la amo.

Estoy en mis días, supongo que es algún efecto lunar.  Quiero odiar a alguien, amar a dos.  O tal vez no quiero nada de eso.  O todo de eso.  Quién sabe.

Pienso que...no! es mentira! no pienso!

Te extraño.  Me gustaría llamarte.  Pero al llamarte no me dirás que me amas.  Y si no me amas, no quiero hablarte.  Eso es egoísta.  Muy egoísta.

Si un día amaneces con ganas de amarme, pues, siempre te amaré.


lunes, 15 de noviembre de 2010

Mis detalles

Estaba en la Plaza Fontabella, entre la 12 y 13 calle de la zona 10, entre tercera y cuarta avenida.  Caminaba por allí porque durante casi dos años trabajé cerca, en un edificio relativamente nuevo.

Estaba haciendo cola para ingresar al banco, en realidad sólo hacía tiempo a que entrara su mensaje avisándome que ya venía en camino.  La invité a desayunar por su cumpleaños.  Aunque cualquier excusa es buena para verla.

Dijo que al fin le habían entregado la llave del locker o algo así, que si todavía seguía en pie la invitación.  Así que apresuré mis pasos, casi corrí.  De pronto, recordé que una vez su hermana me dijo que "ya llegaría el momento de regalarle rosas a alguien".  Y, lo tomé como una señal (soy iluso, ya sé) y compré unas rosas en un puesto que estaba en la esquina, donde doña Rosario.

La verdad, quería rosas de todos los colores.  Porque quería decirle, con las rojas, que la amo; con las amarillas, que valoro su amistad.  Y así, quería tener un abanico de opciones.  Pero no habían, sólo rojas.  Así que era un tremendo ramo de rosas rojas.  Honestamente no sabía cómo dárselas ni cuándo dárselas, así que decidí ponerlas sobre la mesa y esperar a que ella preguntara; pero terminamos de comer y nunca preguntó.

Entré al restaurante; la persona de la entrada me preguntó si alguien me acompañaría y le expliqué: "soy periodista y hoy tengo una reunión con alguien ¿hay algún lugar donde pueda conversar con la persona que está por venir?"

Amablemente me condujo a un sitio y me dijo "le ofrezco este lugar, es bastante...privado".  Había un televisor, lo cual no me gustó del todo porque ella es usualmente muy distraída, así que me costaría el doble captar su atención.  Y es que, si le decía que se sentara del lado opuesto al televisor, quedaría con la vista al pasillo; y si observaba a alguien más, sería peor.  Preferí que viera la televisión y no a otras personas.  En la pared estaba colgada la cara de un gran animal, un búfalo o un toro, francamente no recuerdo.

Saqué la prensa para ojearla, más para aparentar que en realidad soy periodista.  Aunque supongo que el mesero sospechó, al ver las rosas, rojas.

Me levanté y le dije a la persona de recepción "la mujer que vendrá, es posible que pregunte por mí; usted la identificará de inmediato.  Es la mujer más increíblemente bonita que jamás haya visto; además, usa una filipina".  Ambos reímos, y agregó cortesmente, como acostumbrado a esas escenas "no se preocupe, caballero, en cuanto venga, la llevo con usted".

Cinco o siete minutos más tarde recibí un mensaje o llamada de ella, no recuerdo, pidiendo que saliera a buscarla.  Así que le pedí que caminara a la recepción y yo haría lo mismo para encontrarnos.  Los nervios aparecieron.  A medio camino iba, cerca de la cara del búfalo, cuando la vi venir, sonriendo sin motivo aparente.  La abracé.

Le pregunté que cómo sabía dónde estaba y me dijo que el señor de la entrada, en efecto, le dijo que ya la esperaban.

Al final, las rosas se las dí sin mayor preámbulo, quizás un poco torpemente, lo admito.

Pero menciono todo eso porque no sé si en estos tiempos invitar a comer a la mujer que amas, regalarle un ramo de rosas y platicar con ella, es lo que se hace.

Creo que tampoco ya no se escriben cartas.  Y me parece, no sé por qué, que hay muchas cosas que ya no se hacen para conquistar.  Y yo sigo como viviendo en el tiempo pasado.

Le di las rosas, nervioso.  Le regalé un libro esperando bendecirla.

Antes le regalé un botón (que se me cayó de la camisa) y sin pensarlo tanto, lo pegué en un pedacito de cartón o algo así; le escribí "te quiero, y para muestra: un botón".  No sé si eso es ridículo, pero eso hago yo.  A cambio recibí un "me han dado agujas, hilos, pero nunca un botón".  Supongo que ella es igual de torpe en esas circunstancias, que yo.

Pero tal vez esas cosas no le gustan a ella.  O tal vez las cosas sí, pero yo no.  O tal vez las cosas le gustan y yo también, pero hace falta algo.  O quizás simplemente no le gustan las cosas ni yo.

¿Qué es el amor?  Ella es el amor.  Ella es mi amor.

Yo no existo en el mundo de ella.

Una excusa

Su vestido recorrió lentamente su cuerpo al caer, haciendo un pequeño detente en sus caderas.

El vestido pareció caer como cuando cae un edificio desplomado, sin tregua ni previo aviso.

La tenía frente a mí completamente desnuda, indefensa, seria, totalmente entregada.  Estaba muy nervioso, pero no tanto como ella.

Caminó dos pasos hacia donde estaba yo.  Susurró en mi oído un "hazme tuya".  Yo abrí los ojos del susto; no sé por qué me pareció sorpresiva su declaración, era de suponerse que tarde o temprano acabaríamos en la cama, pero nunca lo vi tan cierto como en esos segundos.

Pensamientos iban y venían.  Me sentí poco romántico y muy carnal.  Quise decir algo inteligente (así como cuando escribo en este blog) pero, como es mi costumbre, me reí.  Una risa que podía sacar de lugar todo, no era propicio para el momento.  Pero no, a ella pareció gustarle, quizás porque le gusta todo de mí.

Era uno de esos momentos que quieres grabar en tu mente para toda tu vida.  Y yo sólo quería verla.  No quería ninguna otra cosa, sólo verla, observarla.  Quise conocerla con la mirada; preferí entender su vida con la vista.

Todo pintaba como un preámbulo perfecto.  Hasta que sonó mi celular y era un mensaje.  Un mensaje que decía que debía irme.  Una emergencia del trabajo.

Esa fue la excusa que le dí.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Me iré sin palabras. No diré nada, sólo dejaré de estar.

Aún hay un poco de tiempo. Podría esperar de por vida, pero sería injusto.

Te amo como no he sabido amar a ningún otro ser humano, pero parte de aprender a amarte, ha sido aprender a amarme.


Te amo. Ojalá te alcance el tiempo.

Al respecto de esa cosa llamada amor

No digo "cosa" como menospreciando ni peyorativamente.

Hace unos días, una muchacha, muy enojada me dijo: el amor sólo existe si es correspondido.  Respeto, pero no comparto tu idea de que uno debe amar sin esperar algo a cambio; eso es tonto.

Y creo que el vínculo perfecto, que es el amor, precisamente es perfecto porque VINCULA.  Y vincular implica unir dos cosas, poner en común.  Pero creo que amar a alguien no depende de si esa otra persona te ama o no.  Y creo que el amor puede ser real, muy real, aún sin que la otra persona te corresponda.

Amor.  A veces me pregunto por qué amo tan neciamente a una mujer si ella no me ama.  Y si quieren una respuesta, esperen unos años o pregúntenle a alguien más.  La verdad, no sé por qué la amo, no sé por qué la amo tanto.  Es decir, no sé por qué la amo cuando ella no me ama de la misma forma.  Al menos por ahora.

Esa cosa llamada amor.  Uno ama.  Uno odia.

Sé por qué la amo.  Sé enumerar sus cualidades, físicas, almáticas, espirituales.  Las amo y me gustan.  Sé ver sus errores, los que no estoy dispuesto a tolerar, pero sí estoy dispuesto a ayudar a cambiarlos.  

En internet hay 154 millones de páginas que contienen la palabra "amor", al menos eso dice Google.  En el diccionario de la Real Academia Española hay 14 definiciones y 21 diferentes usos para "amor".

Pero qué es "amor"?

Esa cosa que le dicen amor, no es lo que Hollywood publica.  No es sexo feliz y desordenado.  No es besos; no es las mentiras del cine y la TV.

Esa cosa llamada amor, es más.  Es, mmmm..., es como un no sé qué de qué sé yo. Bueno, el amor es...es ella! el amor es ella!  Es ella cuando la veo venir y no sabe que la vi.  El amor es ella cuando la llamo y desconoce por completo que pensé en qué decirle, aunque nunca me sale como quise.  El amor es darle un regalo, que vino de repente a mi mente como una idea turbulenta y la tuve que llevar a cabo, porque la amo.  El amor es ella cuando no me contesta los mensajes y sigo enviando porque sé que la amo, porque tengo absoluta certeza de que mi amor es eso: amor.  Es amor y ya.  El amor es ella.  Claro que sí! cómo no se me ocurrió antes!

Bueno, García Márquez dice que el amor es un "sentimiento contranatura".  Y quizás sí.  No sé.

El amor es ella cuando tiemblo a su lado, nervioso.  El amor es ella cuando la trato mal porque soy como un niño que patea en la espinilla a la chica que le gusta.  El amor es ella cuando la vuelvo a tratar mal porque no sé cómo tratarla, me da demasiado pánico y termino regándola, pero la amo.

El amor es escribir por las mañanas, por las noches, por las tardes, desde cualquier lugar, porque la amo.  El amor es...mmmmm, el amor es amar a una mujer que asegura no amarte, pero que tú sabes en algún lugar de tu interior que quizás te ame.  No por tus grandes cualidades, si no porque así pasó antes.  El amor es pensar en ella 32 veces por día, queriendo agregar horas para continuar teniéndola en mi mente.  El amor es retarla a que le pida a Dios una señal del cielo que soy "yo" y que es "ella".

Sí.  En conclusión, mis queridos: el amor..., es ella.

Te amo y punto!

sábado, 13 de noviembre de 2010

Carta número quince

Te amo.

Cada vez sé menos de vos.  Me gustaría que leyeras esto.  No sé, estoy medio loco.  Cada vez deseo más que alguna vez leás esto que te escribo.  Es que no sé cómo decirle: cartas, ensayos, alguien me dijo "poemas"; para mí son sólo la forma de comunicarme con vos o con alguna parte de vos o con tu alma o no sé.  Tal vez sólo me libero.   Libero aquello que por diferentes razones no te puedo decir.

Te amo.  Y como te amo, esta carta número quince, quiero que sepás que te amo.  No te amo por tus méritos, porque sólo me has dado motivos para odiarte.  No te amo tampoco por tu belleza física (aunque para mí sos increíblemente bella), pues ya te hubiera encontrado sustituta.  No te amo ni siquiera por cómo me siento a tu lado, porque no paso mucho tiempo con vos que digamos.


Y si querés saber qué quiero de vos, podría decirte "te quiero a vos", "tu corazón" (eso es trillado), o quizás un "quiero que seás feliz a mi lado, porque yo lo soy, te amo".


Pero nada de eso refleja con precisión el amor que te profeso.  Cuando me recuerdo de vos - unas 32 veces por día - un letrero gigante pasa por mi mente y dice "te amo".  No es parte de mi ser romántico, es literalmente lo que me sucede.


Te amo.  Veintitrés veces.

Amar no es suficiente

Al principio a la mayoría les parezco reservado, callado, sumamente inteligente, interesante, diferente, prudente, respetuoso, sincero, simpático.

Y con el paso del tiempo a la gente le parezco más bien aburrido, necio, testarudo, terco y hasta "pesado" o grosero.

Curiosamente el hecho de describirme y aceptarme como necio y aburrido, también les cae mal, porque les parece que me victimizo.  No sé por qué piensan tales cosas.

La gente a veces me tiene miedo y les parece que soy "demasiado serio".  Las chicas de mi edad no quieren nunca a alguien serio.  Sólo quieren a alguien.  Y no digo "serio" pensando en boda o algo por el estilo; simplemente prefieren a alguien que no critique el sistema oligárquico, alguien que no considere el cine y Hollywood como una herramienta mediática de manipulación.

Pero es que, pídanle a un médico que deje morir a un herido.  O exíjanle a un veterinario que no hable de animales.  Mi formación social, cultural y profesional me exige eso.  Siempre pelearme contra las masas; tratar de hacer que la gente sea subversiva si queremos verlo así.

En medio de todo eso, puedo ser adorable, tierno, romántico y muy grotesco.  Una tricotomía, una dicotomía, un trastorno bipolar.

Amo, odio.  Aunque curiosamente hay a alguien que la he amado la mayoría del tiempo.  Y más curioso aún es saber cómo ella, sin importar lo que haga, no me ama.

Así que he ido descubriendo muchas cosas, pero entre ellas, ésta importante: amar, no es suficiente.

martes, 9 de noviembre de 2010

Quisiera darte un abrazo.  Sentir que eres total y completamente mía.  Aunque sé que lo eres, sólo necesito sentirlo.

Me gustaría darte un beso; sólo tocar tus labios con los míos y decirte así: te amo.

Amaría el momento en que esto, en vez de escribirlo, te lo pudiera decir viéndote a los ojos.  Diciéndote que todo estará bien y mejor cada vez.

Me gustaría decirte después del abrazo, que todo estará bien.  Que aunque no es todo, aquí estoy yo, para ti.  Las mujeres desean enamorarse del hombre que también se enamore de ellas; yo te amo con toda mi alma, ya lo conseguiste, lograste que este hombre se enamorara de ti.  Te amo intensamente.

Te amo.  Lamento mucho no ser el personaje que tú podrías amar.  Cada vez que pienso en ti, se me atraviesa un "te amo" en la mente.  Hasta me duele amarte, en serio.

Siento un amor desesperado.  Te amo como no sabías que alguien podía amarte.

Y lo más difícil es que yo sé que después de mí, nadie te amará tan bien y tanto como yo.  No es que presuma, es que yo sé que te amo mucho.  Y, para mí, eres adorablemente imperfecta.  Para mí, eres "ella".

lunes, 8 de noviembre de 2010

Me gusta mi forma de amarte

De colores, sabores, tamaños diferentes, intensidad agrandada.

Me gusta mi forma de amarte.  Me gusta porque sacas lo mejor de mí.  Haces que de aquello que no sabía que existía en mí.

Me gusta la forma en que te amo, porque no sé por qué, siento que es la mejor.

Te amo como no sabía que podía amar.

Me gusta tanto cómo te amo, porque todo lo que tiene que ver contigo, me gusta.


Te amo.  Por eso cada vez que sé que te veré te regalo un dulce, una mirada, una sonrisa, un llavero, una hoja, cualquier cosa.  Sólo quiero que cada átomo, cada poro de ti sepa que te amo.  No te amo con desesperación, te amo con intensidad.

No te amo con terquedad, te amo con perseverancia.

Te amo.  Y punto.

viernes, 5 de noviembre de 2010

No te extraño

Me causaste demasiados problemas, me hiciste vivir muchos malos momentos.  Mi mente se siente invadida por recuerdos de agonías nocturnas y desesperaciones vespertinas.

Desde que acepté que me había enamorado de ti, dormí menos, comí mal y las canciones románticas dejaron de ser bonitas y pasaron a ser motivo de lágrimas.

Hubiera preferido que nunca existieras.  No te extraño.  Y quizás no te importe, pero para mí ha sido la mejor decisión.

Sólo te quiero recordar que nadie nunca te amará como yo.  Que tu vida dejará de estar llena de detalles, de cosas bonitas.  Nunca más serás la misma.  Querrás que alguien te ame y eso no pasará, porque yo ya no te amo.  Comprende, el tiempo pasa.

Qué tonta fuiste.



Post data.  Por supuesto que lo que escribí arriba no es lo que me está pasando.  Yo, todavía la amo.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Te amo (sí).

Te amo.

He escrito y borrado varias veces estas letras.  Pero es que no se me ocurre otra cosa más para decirte que "te amo".  Es que te amo.  Te amo como no sabía que podría llegar a hacerlo.

Te amo toda.  Completa.


Te diré quién eres.  Eres la mujer que tiene la capacidad involuntaria de ponerme nervioso con su sola presencia.  Eres la mujer que puede cambiar mi estado de ánimo, de feliz a infeliz y viceversa.

Eres la mujer que más he amado en esta tierra.  Eres la mujer que me gusta.


Y no sé.  Quizás seas "ella".

lunes, 1 de noviembre de 2010

Dulcísimo noviembre

En mi país las personas celebran hoy a sus muertos.  Asisten a los cementerios, adornan las tumbas, comen allí y sienten que comparten con el ser querido que murió.  Además, se come fiambre (una mezcla de diversos embutidos y ensalada).

Pero para mí noviembre es un preámbulo.  No es que diciembre sea el mes más bonito del año, como dicen.  Es sólo que a mí me fascina el frío y el viento, la lluvia.  Y aunque usualmente en la parte final del año en Guatemala no llueve, sí hay frío, mucho frío.  En Quetzaltenango, de donde es mi mamá, el frío es intenso y disfruto salir a la calle y regresar con los labios rajados.

Dulcísimo noviembre me gustaría que fuera.  Porque he decidido que mi amor no pasará de este año.  Si no tengo ocasión de conquistarla, he decidido que es porque definitivamente debo rendirme.  Ella no me ama y aunque disfruto enamorarla, creo que es sabio saber reconocer el momento indicado para tomar la decisión de apartarse.  Ella vale la pena, juro que sí.  Pero ahora le daré la oportunidad de mostrarse.  Ahora le toca a ella actuar, ya he vaciado mi alma.  Le he dicho que la amo de todas formas, a estas alturas la certeza que abriga su alma sobre mi amor, no es vacilante.

Hoy mi prima me preguntó que si "ya no estaba peleando con ella" (con la chica que amo) y le respondí que nosotros nos amamos a ratos.


Te amo.  Sé qué quiero de vos.  Tengo absoluta certeza de mis decisiones.  Te amo de 23 maneras, de amo de todas las formas.  Te amo como no sabía que podía amar.  Te amo como nunca amé a nadie más.  Y curiosamente no es por algún mérito especial tuyo, es sólo tu alma.  Tu espíritu, algo que no sé ve y que francamente le desconozco el nombre.


No pretendás no hablarme nunca y que el domingo te sonría como si fuéramos dos grandes, grandísimos amigos.  Yo no soporto la hipocresía.  No soy de los que saluda el domingo, abraza y se hace creer que soy "hermano" del que veo, o que soy un gran amigo de esa personas, sólo por eso.  Hay cosas que se construyen, se edifican.  Es tu tiempo de construir.  Es tu tiempo de edificar.  Caso contrario, entiendo que no. Que no se pudo, que no se quiso.  Edificá amistad.  Edificá amor.  O no edifiqués nada, ni amor ni amistad.  Soy sólo un ser más, seguro hay muchas personas que se encargarán de no hacer notar mi ausencia.  Tu vida no es amarga si yo no estoy.  Tu vida no pierde control si no te hablo.  Es más, ni siquiera te doy oportunidad de extrañarme, lo sé bien.


Te amo.  Dulcísima.  Sos exquisita.