jueves, 25 de febrero de 2010

Otra de esas canciones

Yo soy de los que no nació apto para bailar. Sencillamente no lo puedo hacer.

Una canción famosísima, que anda sonando casi logró despegarme los pies del suelo. La letra es excesiva.

"Yo no sé si tú, no sé si yo, no sé si después vamos a sentir la misma sed. Para qué pensar y suponer, no preguntes cosas que no sé. No sé dónde vamos a parar, eso ya la piel nos lo dirá. Para qué jurar y prometer algo que no es eterno, no me pidas algo que es del tiempo".

Verdad?, te sonó?, sospecho que sí.



Quiero aprovechar este post institucional o cual sea el nombre adecuado.

Estoy feliz. Y me alegra estar feliz.

Esta noche moriré

Justo antes de la medianoche. Antes de empezar mañana, estaré muerto.

La gente estará extrañada de la coincidencia entre esta entrada y la muerte. Algunos sospecharán de suicidio: ES LO MÁS ALEJADO DE LA VERDAD. Otros en cambio asegurarán que yo me encontraba bajo amenaza: TAMBIÉN ES MENTIRA.

En realidad no habrá pistas de asesinato y menos de suicidio. No habrá alevosía, no habrá ventaja ni premeditación. Nada de esas cosas, ninguna de esas ideas de ficción o de realidad brutal.

Las páginas sociales de los pobres (la nota roja del periódico, como diría Eduardo Galeano) amanecerá con la suspicaz noticia, extraña, curiosa, medio rara de una persona que amanece muerta en su cama, sin razón aparente.

Ustedes escribirán multitud de comentarios preguntando sobre por qué no he escrito después de dos meses y fracción. No habrá quién modere, así que nunca aparecerán publicados en este portal.

Finalmente, después de mucho tiempo. Alguien encontrará la manera de entrar a este sitio. Ese alguien escribirá un mini post que dirá más o menos así:

"Escribo esto porque tengo que ser responsable con la vida y particularmente con cada uno de los lectores de él. Yo soy la inspiración de la gran mayoría de las letras de este sitio".


Post scriptum. ¿De quién estoy hablando?

viernes, 19 de febrero de 2010

Ese día amanecí a su lado. La vi durmiendo y necesité besarla. Se despertó justo al sentir mis labios.

No medió palabra, sólo correspondió medio apenada a ese beso.

Yo no supe si debía hablar, así que reí como loco, sin razón precisa. Ella, parecía inagotable, empezó a besarme eróticamente. No dijo nada, sólo aceleró el ritmo de su beso y ambos comprobamos que nuestra juventud nos permite darnos ciertos gustos, ciertos placeres, después de toda una noche en la que casi no dormimos.

Esa noche algo pasó. Indudablemente. Ella en realidad parecía bastante entusiasta, confundida pero segura de sí. Noté, por el color de sus mejillas, que hacía un esfuerzo físico. El hecho de tenerla literalmente sobre mí, le puso un ambiente especial al momento, una vista diferente diría yo.

Pronuncié solo esta frase: ¿podrías ser mía sólo esta noche?

No habló, actuó.


No sé. No sabe.



Tuve muchas dudas a lo largo de la noche. Dormía a intervalos. Despertaba y al verla allí, reposada a mi lado, era casi una obligación despertarla salvajemente (lo reconozco) y ella correspondía salvajemente también (deberá reconocerlo).

Justo antes de amanecer por completo mi celular hizo ruido. Era mi jefe. No me importa qué quería.

Ella no es delgada ni subida de peso, es más bien con una figura agradable. Blanca, cabello increíblemente negro.




Al final, ella se puso la ropa. Me llevó una taza de café y me dijo: ciao, no te diré mi nombre para que no me puedas buscar.


Sin embargo, dejó su olor y a mí, particularmente, me quedó su sabor, lo reconozco muy bien.

Ya veremos cómo la encuentro.

jueves, 18 de febrero de 2010

MOMENTOS

La vida es la sucesión de momentos.

Los momentos entonces forman la vida.

Y hay momentos importantes, que hay que disfrutar.

No digo: disfruta el momento. No creo en perder la razón por una excitación de rato.

Creo que cada momento, lo disfrutes, cosa amplia y brutalmente distinta.


¿Tienes que hacer demasiadas tareas?, disfruta desvelarte, toma café espeso, pon música que colabore con la causa y disfruta: tendrás recompensa y pronto ni te recordaras de los desvelos.

¿Tienes exceso de trabajo?, aprovecha, pronto te jubilaras, cuando menos lo sientas y extrañaras estar siquiera ocupado.

¿No te corresponden en el amor?, canaliza de la mejor forma esa situación, seguro, tarde, o temprano (a veces más tarde que temprano), llegará la persona.

¿Te corresponden?, pues felicidades!, cuida eso, sé detallista, pórtate bien.

Ahora bien. Jamás dejes que tu vida sea determinada por un momento. No abandones sueños o ideales por un momento de placer.

NUNCA traiciones tus creencias por un momento popular, de fama, de bienestar supuesto.



Vamos...!!!!!

martes, 16 de febrero de 2010

Me siento en las nubes, como quien no quiere otra cosa más que estar allí. Al pie de la Torre Eiffel de Francia. Caminando cerca del Arco del Triunfo. O a veces por donde se ubican los Campos Elíseos.

No sé por qué.

Estoy particularmente feliz conmigo y no hay una razón precisa ni aparente si quiera. No hay novedades, simplemente estoy feliz, satisfecho conmigo de pronto. Escucho a Maurice Larcange y eso me entusiasma, me encanta esa música tan sutil.

Estoy interesado en esta noche tener algo.

Talvez es que pienso en platicar conmigo. Sólo saludarme, desearme que todo salga bien y dormir.

lunes, 15 de febrero de 2010

En el futuro, esto pasará

Siguiendo la historia del otro día.

Hoy me besaras en cuanto leas esta línea. Para cumplir el propósito y porque además disfrutas hacerlo.

Hoy (no sé cuándo sea), me abrazaras y me dirás que en verdad no sabes cómo te enamoraste de mí. Esas cosas pasarán.

Tú te enamorarás de mí, pensarás que yo he dejado de amarte y llorarás unos días por la incertidumbre; serán días difíciles, pero lo lograrás superar. Te sorprenderá saber que estoy feliz por sólo respirar el mismo aire que tú.

Te gustará saber que yo disfruto decirte palabras que conquisten tu corazón todos los días. Presumirás que soy el más romántico de los novios del círculo de amigas.

Amarás cada letra que escriba pensando en ti, cada día que esté a tu lado. Tendrás claro que cada abrazo, cada "te amo" y todos los pensamientos románticos para contigo, son un tesoro que tu corazón debe almacenar para cuando ya no esté.


Hoy te diré "te amo", otra vez. Te besaré y tú pensarás que eres la mujer más feliz de Guatemala.

jueves, 11 de febrero de 2010

Lectores

Para todos aquellos que buscan respuestas en este blog. Quiero decirles que el amor es una cosa esplendorosa como dice la canción.

Aurora, no estoy enamorado. Siempre lo he estado.

Diana, no he sido correspondido; simplemente el amor es, aunque no lo comprendamos, aunque no sepamos hacia dónde va, es una fuerza sobre natural que nos abraza y que va más allá de poseer a la otra persona. Amor es una experiencia que supera el hecho de abrazar, besar y tener contigo a ese ser amado; es algo que trasciende los términos espirituales. Amor es comprender que lo mejor para el otro, es tu felicidad. No es masoquismo ni tampoco - como creen los tontos - que es importante ser correspondido. El amor no tiene relación con la correspondencia. El amor se fija en otras esferas. El amor real, claro. El amor real te corresponde cuando la otra persona entiende que tú le amas con toda tu alma y que no habrá nada ni algo que pueda cambiar esa situación.

Alejandro Zalan, gracias por hablarme. Te prometí que cuando quisieras desistir de tu lucha, te recordara que lo intentaras una vez más, porque quién sabe, a lo mejor esta sea la buena.

Gabriela Tellez, eres una chica linda. Si decides estudiar periodismo, comprenderás mejor lo que se siente escribir. Gracias por tu respeto y admiración; yo te respeto y te admiro a ti. Sonríe y ya sabes, cuando alguien no te guste, díselo como hasta ahora lo has hecho. Eres increíble y no sé bien quién seas.

Brenda, tú. Siempre sé quién eres cuando escribes porque lo haces de forma simpática. Eres especial, un poco diferente al resto, pero siempre estás allí. Gracias por acercarte a este blog a leer algo, a distraerte o a recrearte. Que Dios te abrace este día.



A cada uno de los lectores de quienes no sé o no recuerdo sus nombres, les estoy eternamente agradecido por el tiempo que han ocupado en leer estas letras de una persona que existe en algún lado del planeta, en ese lado donde primavera es todo el año y donde las tortillas se comen más que el pan: mi bella Guatemala.

Gracias a todos.

Carta número tres

Hola!

Te amo.

No sé por qué. Tampoco intento razonarlo pues saldría perdiendo, indudablemente.

He escuchado una canción en inglés casi todo el día. Entiendo la mitad, pero igual me gusta.

Hoy saqué unas fotografías de unas herramientas para publicarlas luego en internet por asuntos de negocios; al encender la cámara te vi, todavía existía en esa memoria una fotografía tuya - varias en realidad - y fue algo de súbito. Sonreí al verte allí. Después quise analizar lentamente cada una de tus facciones.

Sos increíblemente bella. Adorablemente imperfecta para mí. Asombrosamente encantadora.

Es un placer compartir el tiempo que tenemos. Es un gusto de altos calibres tener la oportunidad de comunicarme con vos, con relativa libertad y divina creatividad.

Creo que a estas alturas ya le has agradecido a Dios la creatividad que me ha dado para darte cada una de las cosas que he podido compartirte.

Quiero que al leer esto, la sonrisa que tanto me gusta, esté dibujada en tu rostro. Que podás sentir algo adentro de vos, y que eso se llame amor. Que logrés comprender que te amo, que me hace feliz que seas feliz.

No pretendo que me ames igual. Ni siquiera intento gustarte en el sentido explícito e idéntico al del resto de la gente. Sólo quiero que tu corazón sienta, sepa, esté enterado que el mío lo ama, de una forma tan extraordinaria que ni yo he llegado a comprenderla.

¿Podrías cerrar tus ojos un momento?, antes de seguir leyendo. Voltea a verme, si estoy cerca y cierra tus ojos. Sonríe, vamos, hazlo para mí. Quiero que tus sonrisas, que usualmente son para hacer sentir bien a las personas, como un gesto de simpatía o simple costumbre, quiero que esa sonrisa exquisita que tanto te gusta lucir y por la que trabajaste hace un tiempo hoy sea mía. ¿Podrías dedicarme esa sonrisa por la que tanto me entusiasmo?, te amo con todo mi corazón. Sin saber, sin comprender, sin querer nada más.

Y no se trata de lo bello de la sonrisa, sino del alivio que provoca a mi alma saber que tu ser tiene motivos y ganas de sonreír.

TE AMO. Toda. Te amo.

Aunque te asuste saberlo y enterarte: TE AMO.
Los traumas más directos que un corazón puede sufrir han de estar relacionados con lo que siente o deja de sentir.

Las emociones más poderosas quizá son las que emergen de los pensamientos más profundos. Me caben dudas, me caben certezas, al mismo tiempo.

Me fascina comprender, me encanta no saber y tener el pendiente sobre el futuro.

Hoy no sé. Mañana es otro día.

La vida es interesantísima. Siempre me la imagino como una versión acústica. Me gustan los unplugged. Me divierte saber que es algo nuevo hoy. Me asombra manifestar mi interés sobre algo, je.

A veces no entiendo. A veces no sé quién soy o si quiera mi nombre.

Hoy. No sé mañana.

lunes, 8 de febrero de 2010

Carta número dos (inspiración de momento, lo siento)

Talvez te parezca cursi esto que estoy haciendo, pero en realidad me fascina hablarte. Quizá porque combino dos de las cosas que más me gustan hacer: amarte y escribir-te.


Jajaja, no sé dónde estás, quizás durmiendo, talvez con amigos, con compañeros o "siéndome infiel" como te repito tantas veces. No sé qué lugar ocupo en tu "lista" (aunque varias veces me has dicho que no existe tal lista, que no hay "uno solo), pero aunque a veces me importa, a ratos sólo quiero estar allí. Con un asterisco al lado de mi nombre que lleve una anotación algo así: es divertido, tiene la misma idea divina que yo, no es tan feo, romántico (más de lo que quisiera a veces), detallista (estoy en deuda con él) y en realidad, siendo concienzuda, es la mejor opción que tengo =0).

Disfruto preguntarte "¿cuándo me darás el si?". No sé, me da un poco de nervios y risa a la vez.


Post data.
Gracias por sonreírme de la forma exquisita en que lo hiciste ayer, sentí que me derretí y creo que lo notaste

Carta número uno

Hoy he decidido escribirte algunas cartas para que algún día, no sé cuándo, podás leerlas. Quizás sea pronto (soy difícil para guardar secretos) o talvez dentro de muchísimo tiempo.

Hace una semana decidí dejar de insistirte con lo mismo. Darte un poco de aire, que podás respirar un poco más sobre ese tema tan testarudo entre nosotros dos. Testarudo porque soy yo el que insiste y vos la que resistís.

No escribo para decirte que te amo, para declararte poemas o para afirmar que me gustas, que me gustaste precisamente ayer. No, no, no. No escribo para nada de eso, sería algo innecesario.

Sé que sabés cómo tiemblan mis manos cerca de las tuyas, sé que sabés cómo quisiera tu correspondencia, pero el punto hoy es otro.

Hoy sólo quiero decirte que cuando leas esto espero estar a tu lado. Sólo sonriendo, estando allí cerca como quien no quiere la cosa, talvez jugando.

No puedo resistirlo, lo siento, no puedo evitar poder decirlo y no hacerlo: te amo, me gustas.

No sé si escribo esto por romántico o por masoquista, ya perdí noción de cuál es la diferencia entre esos conceptos. Hoy estuve investigando un poco sobre cuál es la cámara que podrías comprar, porque tenía tiempo, porque es un gusto servirte y definitivamente (perdón por insistir) porque te amo.

Sé hacer muchas cosas más que escribirte cartas, darte regalos y decirte cosas bonitas. Pero prefiero amarte de esas formas.


Hoy. No cuando leas esto. Hoy sólo quiero saber: ¿podrías llegar a amarme?

sábado, 6 de febrero de 2010

Estas cosas sucederán

Pensaré un poco (no mucho) en llamarte cuando ya lo tenga todo en mi mente. A lo mejor, porque siempre imaginamos las cosas de una manera perfecta.

Te llamaré y te propondré ir a un sitio por la noche. Será la primera vez que te invite a una velada; habrá comida, teatro, música y tendré un buen olor (cuidaré de forma especial ese detalle). Todavía no lo sabes, porque falta algún tiempo para que eso pase. En principio dudarás un poco en aceptar la invitación porque es la primera vez que saldremos de noche, sin embargo, siempre la pasamos bien juntos y a la verdad quieres saber qué me traigo entre manos, he sido creativo en la forma de conquistarte.

Yo iré por ti. A ti te sorprenderá verme conducir de noche, pero no dirás una sola palabra, hasta que vayamos a la mitad del camino. Yo te preguntaré si has estado bien, tú dirás que sólo un poco cansada.

Después de eso, sucederán exactamente estas cosas: yo te preguntaré si sabes a dónde vamos, obviamente responderás que no; me dirás que te lo diga, aunque lo dirás con poco ánimo, pues esperas que te sorprenda como suelo hacerlo.

Llegaremos al lugar, tus ojos se iluminarán al saber que estamos en ese preciso sitio de la zona trece de la ciudad de Guatemala. No sabrás con precisión qué estamos haciendo allí. Yo te diré: no abras la puerta.

Me bajaré corriendo para abrirla yo y decirte: esta noche, yo seré el mejor de los caballeros y tú la mejor de las damas.

Entraremos al lugar que estará medianamente iluminado, no habrá frío ni calor, un clima exquisito. Yo pediré un suculento asado y tú me secundarás. Te propondré que brindemos, aunque tú no bebes dirás: ok...pero y ¿por qué vamos a brindar?

Estarás un poco ansiosa sobre qué me traigo entre manos. Sabes que si ese día te pido algo, tú me lo darías, pero tienes miedo, no te sientes lista (como siempre).


Esa noche será especial porque será la primera vez que saldremos como dos adultos que quieren enrolarse de forma romántica.

Querrás abrazarme y decir nada, sólo que pase el tiempo. La obra teatral del tipo cómico nos sentará bien, nos relajará los nervios. A ti de escuchar y a mí de hablar.


Saldremos de ese sitio comentando las escenas más divertidas. Te abrazaré, tú sentirás miedo, pero yo actuaré rápido y te pediré que mires la luna, que casualmente está en su fase llena.

Veré tus ojos fijamente y tú te sonrojarás sin saber qué decir al respecto, ambos reiremos como cómplices.


Entraremos al carro y sacaré una hoja. Tú empezarás a leer esto. Te darás cuenta que las cosas no han sucedido tal cual las describo, pero que en términos generales soy increíblemente romántico, por tu mente pasarán las imágenes de cada uno de los detalles míos para contigo; la vez que te regalé un llavero con la fotografía de ambos y tu dibujo animado favorito, la vez que te dije "te amo" y me temblaba todo el cuerpo; el día que te aseguré que no me estaba "muriendo por ti", porque yo definitivamente ya estaba muerto. Recordarás la vez que probé unas galletas que tú hiciste (aunque años después me enteré de que no sabes cocinar y que las compraste); recordarás las veces que dejé de hablarte sin sentido y justo en ese pensamiento interrumpiré tus ideas con un: SABES QUE TE AMO CON TODO MI CORAZÓN, ¿VERDAD?

Tú suspirarás y asentirás con la cabeza. Yo estaré nervioso, pero increíblemente seguro de que ha llegado el momento de dar el siguiente paso. Pensaré en hoy que escribo estas cosas.

Repito, todo esto no lo sabías, porque no había sucedido, hasta hoy.

Pensarás que si me acerco lo suficiente podré robarte un beso, pero sobre todo pensarás que tú no podrás resistirte en caso de que me armase de valor y tomase esa decisión.

Agregaré a mi declaración de que te amo con todo mi corazón exactamente esto: y además de amarte con todo mi corazón, también me gustas, lo cual es curioso en mí.

No dirás algo, sólo analizarás y recordarás cada una de estas palabras. Vendrán a tu mente canciones románticas.

"¿Puedo besarte?", preguntaré porque suelo preguntártelo y tú asentirás con un nervioso "mjm".

Entonces sentiré que mi vida fue hecha para ese momento. Será un beso pausado, tembloroso por los nervios novatos de ambos.

Nos iremos y justo antes de que tú te bajes a gritar de felicidad en tu habitación, te abrazaré y te diré: te amo, todavía.

Esa frase que te he dicho tantas veces tendrá más sentido que nunca.

Guardarás esta hoja y pensarás que Dios no se equivocó y que valió la pena la espera.

Quiero decirte algo

Pensaba que me gustaría que esta tarde hubieras pensado en mí, sólo en mí. Que yo hubiera aparecido en tu mente tercamente, dulcemente, haciendo sonreír sin razón delante de todos tus amigos.

No sé, sólo me gustaría que hoy hubieras dibujado en tu mente, el recuerdo de la otra vez que estuvimos tan cerca. Me gustaría en realidad que no soportaras vivir muchos días sin saber de mí, que tu vida fuera feliz sin mí, pero excesivamente feliz conmigo.

Quisiera que contaras los días que pasarán hasta nuestro próximo encuentro.

Y me gustaría en realidad que sintieras esas cosas, porque eso me pasa a mí.


Sucede que paso algunas tardes pensando en ti. Me pasa que sonrío cuando algo (generalmente cualquier cosa) me recuerda ti. Me divierto imaginando qué harías o qué dirías en caso de estar en ese momento conmigo.

Pero no estoy tan loco. Sólo un poco.


No creo en el catorce de febrero, bien lo sabes.


Quiero decirte nada más que te amo, todavía.